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viernes, 30 de agosto de 2013

¡¡¡¡Muy buenísimos días!!!! 

Tras unas semanas de reflexión y descanso (más físico que mental jeje), y después de seguir sin encontrar respuestas a tantas incógnitas hoy simplemente quiero dedicar estas líneas a la persona con más paciencia que he conocido y que, por muy negro que sea el día, siempre encuentra ese rayito de luz para alumbrarme una sonrisa. 

Es posible que de aquí a poco tiempo mi vida de un cambio completo de rumbo, pues estoy intentado interiorizar eso de "la suerte no llega, hay que buscarla", pues bien, intentando hacer más uso de la razón que del corazón... me dispongo a seguir buscando, quizás ahora de una manera más difícil o sacrificada para mi. Aún no conozco los detalles del nuevo experimento, pero prometo concretarlo en el momento preciso...

Y sin más dilación, quiero centrar este discurso en ti.

Es cierto, la familia es lo más importante del mundo, doy fe. Pero, cómo explicarte que tú, sin ser sangre de mi sangre, eres parte de mi familia. 

Llegaste a mi vida en un momento para muchos inoportuno, aunque no para ti. Por ello, el mérito no es mio sino tuyo. Tú que peleaste por entrar, te ganaste mis mejores risas, mis más sinceros besos, conseguiste sacar de mí lo que nunca pensé que nadie haría, mi mejor yo, mi mejor reflejo.

Mi fuerza, mi apoyo y, al mismo tiempo, mi debilidad, mi talón de Aquiles.
Todo eso, eres tú. Y todo lo resumo contigo.

Si la vida es un camino, nunca he tenido tan claro que quiero andarlo contigo, levantarme al tropezar, agarrar fuerte tu mano, llegar hasta el final. No es fácil, lo sé, pero tú haces que lo parezca. No se trata de escribir palabras bonitas sobre nuestra historia, porque los dos sabemos que también ha habido muchos momentos malos. Se trata de elogiar esa lucha, ese esfuerzo por avanzar, por superar obstáculos y desafíos. Por pensar y defender que ambos queremos "volver a intentarlo" las veces que haga falta, hasta que esto funcione.

Jamás creí del todo que hay una persona para cada uno, que el destino esta escrito, pero hoy, y gracias a ti, puedo gritar con toda certeza que en el mío aparece tu nombre. Eres mi complemento, lo que a mi me falta de ti lo tengo.

El optimismo y la paciencia no son dos de mis mejores cualidades por eso estás ahí para compensarlo. Mi ternura a cambio de tus "Te quiero", mi sinceridad a cambio de tus "Yo te espero".

Volviendo al proverbio del principio ("la suerte hay que buscarla") he de decir que, claramente, contigo ya la encontré. Pero, como tu bien sabes, aún falta un pilar para hacer mi vida perfecta, y aunque ahora esté un poco perdida sé que puedo y podré contar siempre contigo y con tu fuerza para seguir buscando, equivocándome y reconociendo y aprendiendo de los errores...

Ambos estamos intentado asumir que se avecina una época complicada... es posible que la distancia nos obligue a estar lejos algún tiempo o que nos veamos menos de lo que nos gustaría. Pero sabes porqué lo hacemos, pensando en nosotros y en nuestro futuro... 
Ante esto, sólo me queda pedirte que confíes en mí, sabes que haré todo lo que esté en mi mano, te prometo que las cosas saldrán bien.

Y ¿qué me queda? No puedo decir más que gracias. Gracias a quien te puso en medio del camino, al que quiso que aquella noche de febrero de 2011 me cruzara contigo. Porque estoy convencida que llegaste para quedarte y ahora todo encaja, todo tiene sentido.

Tú, que hace 3 años no significabas nada y que hoy lo eres todo.
Tú, que con tu sonrisa tienes un poder inimaginable.
Tú, que pintas mi vida de rosa sobre cualquier fondo gris.

Vaya contrariedad, te diría muchas cosas más, aunque escasas son las palabras para expresar cuanto significas para mí. Sólo espero que con esto te hagas una ligera idea, aunque vaya más allá. Y a pesar de que dicen que repetirlo a menudo pierde su significado, yo garantizo que en nuestro caso no es real:
¡¡Te quiero, Te quiero, Te quiero en mi vida y para siempre!! Pues mi ser, mis sueños, mi felicidad... 
¡Todo!, al fin de al cabo, se resume en una palabra:

¡CONTIGO!





viernes, 9 de agosto de 2013

Ciencia sin conciencia


Quizás éste sólo sea uno más de esos mensajes que plasman los sentimientos de aquellos que nos hallamos totalmente perdidos en esta sociedad de hoy. No es mi intención contar ninguna novedad, pues todos conoceréis la realidad, sin embargo, me veo obligada a expresarme, a desahogarme, pues es lo único que en este momento me ampara: 
mi palabra.

En los inicios, allá por el 2006, el camino no parecía difícil: estudiar, formarse, terminar e incorporarse al trabajo. Sin embargo, y a pesar de todo el esfuerzo, no conseguimos alcanzar el último y más importante escalón. ¿No soy buena? ¿No valgo? Es lo primero que nos preguntamos... Y desde ahí, las dudas se multiplican: ¿Por qué elegí esta carrera? ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Cómo hacerlo mejor? ¿Debería intentar dedicarme a otra cosa? 

Tal es nuestra desesperación que somos capaces de desempeñar, en la mayoría de las ocasiones, trabajos no remunerados o vergonzosamente "pagados". Y yo me pregunto, ¿por qué debemos seguir aguantando humillaciones?. Los ricos siguen haciendo dinero a costa de los demás, se aprochan de su trabajo y empobrecen su labor, y para colmo tenemos que estar agradecidos de que "nos están ofrenciendo experiencia".

Es cierto que atravesamos una época muy muy difícil, fruto, por supuesto, de la pésima gestión de los peces gordos de turno... Aún así, y a pesar de todo, me siento orgullosa y creo que todos los jóvenes preparados de mi generación deberían estarlo. Orgullosos de todo lo que hemos conseguido, de todas las horas dedicadas a formarnos, a convertirnos en personas realmente competentes, capacitadas para formar parte del engranaje más activo de nuestra sociedad. Aunque ahora, desgraciadamente, no tengamos oportunidad de demostrarlo.

Es indignante que la situación que nos ha tocado vivir (o más bien sufrir) junto a la actuación de un gobierno que dice "amparar a los jóvenes y españoles" nos obligue, subliminalmente, a sentirnos incapaces, desilusionados, inútiles e incluso culpables de no ejecutar nuestra valía, de no tener oportunidad de desarrollar el trabajo para el cuál hemos dedicado tantos años de nuestra vida, tantos km de ese camino.

Víctimas de un sistema podrido y monopolizado, esa es la realidad. Un sistema que pretende hacernos creer que no es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita, pues bien señores gobernantes y corruptos desde aquí les digo: 
¡¡comiencen por dar ejemplo!!

Con estas palabras no busco ofender a nadie, ni a los altos cargos que dirigen esta realidad insostenible, sobre sus conciencias caerá el peso de haber echado a perder todo el esfuerzo de esta generación perdida que sin más opción se ve arrastrada a abandonar su hogar, su familia y toda su vida en aras de conseguir un trabajo medianamente decente fuera de esta secta a la que llaman España.

Los que si es cierto es que el problema no somos nosotros, el problema está arriba, no abajo. Los jóvenes estamos pagando la indecencia de muchos políticos y empresarios corruptos, de los dueños y mandamases de este asqueroso país, y para más inri nos debemos sentir culpables de nuestra situación. "Falta de ideas" lo llaman, cuando en realidad lo que falta en este país es decencia. Ni rojos ni blancos, ni de izquierdas ni de derechas, sobran cargos y chupasangres que harían mucho bien fuera de esta fábrica de intereses con marca España.

Por los ciudadanos pero a espaldas de sus conveniencias, de su bienestar, siempre en favor de los mismos, de la minoría déspota que ignora lo que es buscar desesperadamente un lugar, una estabilidad económica y un sustento para vivir y sentirse realizado. Es muy fácil hablar desde arriba, cuando se desconoce la más humilde realidad de la mitad de los españoles, es muy fácil alentar a la emigración desde el trono que, en muchas ocasiones les ha caído del cielo, es muy fácil hacer oídos sordos y además tener la cara dura de seguir diciendo que luchan por España y los españoles. Pero no se preocupen "muy señores míos" porque tarde o temprano todo cae por su propio peso...

Mientras tanto, sigan exportando cerebros...